¿Cómo Aristóteles hubiese hecho redacción de contenidos publicitarios?

Nuestros nerds de Gali Digital se fueron en «un viaje» imaginando a Aristóteles haciendo redacción de contenidos publicitarios. ¿Qué rayos? Te explicamos…

Hace mucho tiempo atrás, allá por el siglo V a.C, específicamente en la antigua Grecia, existió un grupo de niños innovadores llamados sofistas a los que les encantaba hablar… Bueno, no solo hablar.

También les encantaba enseñar a otras personas a debatir y proponer argumentos persuasivos para influir en las opiniones y creencias de los demás mediante el uso de la retórica. Antes de que te preguntes qué es ese término tan raro (que tan raro no debería ser si ya estudiaste secundaria, btw 🤓), tranquilízate y continúa leyendo.

¿Qué es la retórica?

La retórica es el arte de utilizar el lenguaje con fines persuasivos. No muy diferente a la redacción publicitaria, ¿verdad? Continuamos.

Entonces, los sofistas viajaban de pueblo en pueblo, alojándose en las mejores casas 5 estrellas, comiendo los mejores sándwiches de jabalí asado y vistiendo las mejores túnicas y sandalias del momento.

Eran profesionales muy populares y bien pagados que supieron impresionar y persuadir a muchas audiencias. Pero a pesar de su popularidad, a un miembro del grupo le preocupaba que sus métodos de persuasión fueran bastante emocionales, coloridos y vacíos. Así que pensó en una estrategia para solucionarlo.

¿Aristóteles trabajando en redacción de contenidos publicitarios? ¡Sí señor!

Aristóteles también estaba muy bien empapado del concepto y ejecución de la retórica y la persuasión, por lo que tenía la teoría de que, tal vez, algunos de los sofistas podrían estar usando la retórica para manipular, al enfocarse demasiado en la emoción y los «hechos».

No es que este gran filósofo estuviera en contra de la persuasión, pero llegó a la conclusión de que cuando una persona tiene un mensaje importante que puede inspirar, educar o ayudar a las personas, debe poder comunicarlo. Así que no era para nada descabellado.

Aristóteles creía que había una mejor manera de persuadir a la gente sin usar testimonios abultados, resaltador amarillo, escasez falsa, demasiada poesía y lenguaje fantasioso. Entonces, al igual que cualquier redactor publicitario Senior, ideó sus propias reglas de persuasión #LikeABoss.

Y aunque estas reglas tienen más de 2.300 años, cuando las aplicamos a nuestra redacción, definitivamente podemos generar algo auténtico que persuada y también tenga integridad.

Toma asiento, pide un café y lee la siguiente guía para mejorar la redacción de este hombre adelantado a su época.

#GaliTip: Cuando escribas contenido para tu página web, un artículo, un copy de redes, página de ventas o incluso un mail a tu jefe, asegúrate de mostrar tu sabiduría.

Ethos: Muestra la hermosa moral que tienes en tu redacción de contenidos publicitarios

Aristóteles prácticamente dijo que tener buenas costumbres y un carácter fuerte no era suficiente. En otras palabras, no importa cuán maravillosa y ética sea una persona, si no es capaz de mostrarse como es, será un camino cuesta arriba.

No se trata de ser falso, sino de revelar tu personaje y lo puedes hacer de las siguientes formas:

  • Comparte experiencias personales. Demuestra que conoces la situación por la que está pasando tu audiencia.
  • Evita el lenguaje inaccesible. Aquí olvídate del lenguaje sofisticado y utiliza un lenguaje sencillo, please.
  • Muestra que tienes un deseo genuino de ayudar.
  • Demuestra que tienes la experiencia y el conocimiento para lo que dices que puedes hacer: ofrece testimonios y enumera las credenciales que puedas tener.

#GaliTip: El Ethos es una poderosa herramienta persuasiva, no la ignores.

Logos: ofrece pruebas, no palabrerías.

Aristóteles estaba muy interesado en el uso del Logos. No, no se refería al logo de una empresa de colores brillantes. Se refería al término griego para hablar de «palabra» o «razón», y su conexión con nuestra propia lógica de palabras.

Haciendo el cuento más corto, el Logos quiere decir que, si quieres dar a entender un punto, es mejor que lo respaldes con una prueba. No puedes simplemente hacer promesas maravillosas de lo increíble que es tu trabajo…aunque sea tentador.

Este concepto era lo que realmente distinguía a Aristóteles de los otros sofistas, y también puede diferenciarte como redactor publicitario si:

  • Evitas la ambigüedad: si ofreces detalles concretos y cambias los superlativos por beneficios y resultados sólidos, tu audiencia lo agradecerá.
  • No usas hipérboles: no le digas a tu audiencia que su vida será maravillosa después de leer tu libro electrónico, por ejemplo. Diles lo que realmente aprenderán de él y lo que podrán hacer con ese conocimiento.
  • Demuestras tu conocimiento con pruebas: hazlo en cada punto que quieras explicar.

Pathos: Por la memoria de los sofistas, ¡haz que sientan algo!

El Pathos es esa sección que mencionamos anteriormente en la que los sofistas eran muy buenos porque se enfocaban en provocar emociones.

Aristóteles estaba a favor de conmover a la gente emocionalmente para ayudar a la persuasión, siempre y cuando se basara en un Ethos sólido y estuviera respaldado por un Logos convincente.

Para activar esos puntos emocionales en tu redacción publicitaria persuasiva y auténtica, querrás:

  • Utilizar historias para mejorar la visualización. Sé descriptivo sobre el problema de tus lectores y usa ejemplos vívidos de cómo podría ser su vida.
  • Hacer preguntas para generar engagement. Esto es particularmente útil cuando una respuesta prueba tu argumento o hace articular el problema de tu audiencia.
  • Hacer que tu escritura fluya de forma natural. Escribe con tu propia voz, genera suspenso y atrae la atención del lector.
  • Guardar el final de tu argumento para generar emoción. Consigue que tu audiencia tome acciones.

Y así es como Aristóteles hubiese trabajado la redacción de tus contenidos publicitarios… si hubiese elegido la carrera de publicista, obvio.

Con esta guía no cabe duda de que este filósofo habría sido una buena fuerza persuasiva a tener en cuenta. Tampoco dudamos que usaría su persuasión con integridad para revelar valor a aquellos que necesitaban saberlo, y no los manipularía para hacer alguna venta.

Entonces, si quieres seguir los pasos de Aristóteles (usar la barba y la túnica son meramente opcionales), revisa varias veces tu redacción para asegurarte de que muestre tu carácter, esté respaldada con muchas pruebas y despierte las emociones de tu audiencia lo suficiente como para que tomen acciones.

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